Fue un viernes 13, con los rasgos propios que le hacen una fecha maldita, intensa, simbólica, atractiva, extraña. Hicimos sonar nuestros cánticos del pensamiento acerca del destino, pero cambiando forzadamente de banda acompañante. Esa noche debutaría en público
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Consideraron y consideramos que era preferible solidarizarnos con uno de sus integrantes, que no se encontraba con una favorable situación familiar de salud. En su lugar, nuestros amigos
Los hijos del lechero (o “letxero”) se hicieron cargo de la apertura, aunque finalmente, también de una segunda ronda, tras la intervención de
SinoSepia.
A Mariana se le reventó una cuerda en la penúltima canción de nuestro programa original, al interpretar “Esperando” de
Perra Vida. La sustituyó la guitarra del Pepe, que asistió para representar a
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El cierre de la tocada fue, primeramente, un solicitado regreso de
LHDL, y posteriormente una larga tanda de ensambles e improvisaciones, en los que se mezclaron integrantes de las dos bandas.
Flyer improvisado por Atila el día del evento.
Oscar tocó la batería con LHDL, ya que el Atila se había retirado. Fue en ese rato cuando arribó un grupo de la Jauría, notablilísimos motociclistas de Hermosío. Luego vino el segmento final, con improvisadas y aventuradas interpretaciones: el Güero cantó dos rolitas acompañado por SinoSepia: “Delincuencia” (La Polla Records) y “Sucio policía” (aquel himno punkoso…); posteriormente SinoSepia improvisó: “Mundo frío” (Sedición), “Todos estamos muertos” (Perra Vida), “Story of my life” (de Social Distortion, con Emerson en la voz) y “Niños de la guerra” (Tvs.T); para concluir el tokín, de nuevo con Emerson como vocalista, SinoSepia presentó “Zona de desastre”, esa vieja canción de todos contra todos.
Finalmente, respecto a ese lado negativo de la fecha, nos enteramos de una noticia lamentable para el rocanrol hermosillense …o sonorense, en realidad: la noche siguiente, es decir, la del sábado 14 de marzo, sería la última del Yuupi.
Y entonces, pensar en los viejos tiempos del bar, en los lugares del rock en Hermosillo, en ese lugar …en el futuro incierto para estos cánticos.
Los Hijos del Letxero en el Yuupi.
En la lista destaca uno, no por sus instalaciones, ni por su escenario, ni por algún parámetro digno de ISO 90000000000, sino por su permanencia, por el tiempo que existió: el bar Yuupi, o "el yupis"; el pasado sábado 14 de marzo cerró sus puertas al público. 
Si bien su mejor época ya había pasado, en los últimos meses había resurgido como foro de expresión de las bandas locales, y un que otro grupo o músico visitante. Gracias al Adrián, al Alex, al Bufón y a quienes en algún momento estuvieron involucrados en el negocio y contribuyeron a la difusión del rock local.
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