martes, 30 de diciembre de 2008

Desintegración de voces

La frase original ideada por mi amigo Ramón Valdéz León, con la cuál ganó el concurso de lema para el Instituto Sonorense de Cultura en su época de creación, debe ser modificada por sólo una sílaba para retratar la relación de la institución con mi experiencia en el rocanrol.
Desafortunadamente, la reciente mala experiencia en la Feria del Libro Hermosillo 2008 no es la primera de ese tipo que tengo con el ISC.
Entre 1990 y 1991 el ISC tuvo un programa de recitales literarios musicales denominado De viva voz, coordinado por Inés Martínez de Castro. En el verano de 1991, estando al frente de Serenata Cianuro, fuimos invitados a participar en un recital que se realizaría el día 3 de julio en el Auditorio de la Sociedad Sonorense de Historia, acompañando al escritor Francisco Javier Silva.
El escritor no se presentó al evento, ante lo cuál nos vimos obligados a transformar el floricanto en un miniconcierto. Tocó Serenata Cianuro y, posteriormente, aprovechando la presencia de Emerson, improvisamos una presentación de Tvs.T, recientemente desintegrado en esas semanas. Por esa presentación, rompiendo el acuerdo inicial, no recibimos pago. Lo procuramos días después en el ISC (que en ese tiempo se ubicaba en el bulevar Hidalgo de Hermosillo), pero se nos indicó que la responsable de pagar a los participantes de ese programa era la coordinadora del mismo. Después de algún tiempo de buscarla, al encontrarla nos dijo que el ISC no había pagado ese evento. Insistimos en la oficina y para deslindarse (que fue lo correcto), nos mostraron el recibo de pago de honorarios del evento firmado y recibido por la susodicha. Quizás ella consideró que merecía más el pago que el grupo, aunque esa sesión del programa De viva voz seguramente fue la que mayor difusión y proyección logró gracias a la banda, y no precisamente por su actividad de coordinación.
Durante muchos años no hubo relación con el ISC, excepto por la temporada de aquél programa que fue Las tocadas del cerro (1992-1993), que merece un comentario aparte.
Fue hasta el otoño de 2008 que volví a tener un contacto en lo musical con la dependencia, y no fue mejor que aquella del programa De viva voz.
En el verano de este año presentamos una propuesta a la coordinación de la Feria del libro Hermosillo 2008, a cargo de Patricia Vargas, a quien en lo sucesivo se denominará La Paty. Nunca recibimos noticia oficial de haber sido incluidos en el programa del evento, pero por la cercanía con personas que laboran en distintas áreas del ISC nos dimos por enterados.
Una semana anterior al evento La Paty me informó en su oficina que el sound check se realizaría a las 4 p.m., para iniciar a las 8 p.m. El día programado por la mañana me informaron que se había recorrido hacia las 6 p.m.
Dado que resultaría engorroso narrar los detalles de la instalación de equipo e instrumentos, basta con indicar lo siguiente: el grupo estuvo a las 5:50 p.m. en el escenario del Callejón Velazco; los combos de bajo y guitarra arribaron a las 6:45; los micrófonos se instalaron tardíamente, quedando conectados aproximadamente a las 7:30; el sound check propiamente inició alrededor de las 7:15; se llevó a cabo sin voces, ya que los micrófonos no estaban listos, por lo que ocurrió con base solamente en la música; finalmente a las 7:45 hubo una sonorización considerada en ese momento como definitiva por los técnicos, pero sin tener en realidad una condición aceptable, con falla absoluta en monitores y ruido en la guitarra. El retraso afectó la organización respecto a los requerimientos por parte del grupo, por lo que era imposible que el evento comenzara a las 8 p.m.
Esta situación pudo haberse tolerado, dado que un retraso ocurrió en el evento de la noche anterior en el mismo foro. Sin embargo, aunque el grupo estaba listo y dispuesto a hacer la presentación a pesar de las fallas técnicas que contravenían el Contrato firmado entre ambas parte, La Paty anunció por el micrófono principal que el evento se cancelaba.
Considerando que no se trataba de dinero de un empresario de palenque, sino de una institución pública, SinoSepia decidió no cobrar el evento, aunque el cheque estuvo listo en días posteriores en la ventanilla de contabilidad del ISC.